Estoy es desacuerdo con esta propuesta que en ocasiones también he visto defender desde la izquierda. La prostitución parte de la desigualdad y de considerar el cuerpo y las relaciones sexuales como mercancía. Por el contrario lo que si deben es disfrutar de todos los derechos humanos, muchos de los cuales están conculcados en estas situaciones. La prostitución es consecuencia de la intransigencia, el puritanismo y la hipocresía. No pueden catalogarse como trabajo a remunerar actividades que deberían formar parte del disfrute natural, libre y elegido por los seres humanos.
La desigualdad de la mujer y el concepto de que debe estar al servicio del hombre, tiene diferentes facetas, dando lugar a formas de machismo muy diversas. Tan machista es asignarle la maternidad como función, como constituirla en objeto decorativo o de placer sujeto a compraventa. Es lamentable que la influencia de religiones y sistemas educativos, determinados interesadamente desde la mayoría masculina que por obvia razón de fuerza bruta ha dominado y domina, confunda en este sentido a numerosos mujeres. No es por tanto extraño que muchas defiendan ambas funciones.
Pero especialmente lamentable es también que voces que se definen de "izquierdas" conceptúen el trato mercantil y esclavo del cuerpo, y también de la mente de la mujer como "trabajo". El trabajo tiene finalidad productiva dirigido al bien común de la sociedad. Las relaciones entre seres humanos por mero disfrute mutuo dejaran de ser tal cuando se sujetan a obligación mediante un contrato mercantil.
martes, 14 de abril de 2015
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